miércoles, 26 de enero de 2011

No hay duda, pronto nos volveremos a ver. La clase de proyectos




No hay duda, pronto nos volveremos a ver. La clase de proyectos, en la Casa del Lago, en la cual participa Rolando López, integrante de La Agencia.











Instrucciones para hacer arte


Publicado en 2011-01-31

Nueve artistas envían instrucciones para realizar doce obras diferentes a otros nueve jóvenes creadores. El resultado es la exposición No hay duda, pronto nos volveremos a ver, que se presenta en la Casa del Lago Juan José Arreola hasta el 27 de marzo

Coordinada por el artista conceptual Mario García Torres, maestro por el Instituto de Arte de California, la muestra cuenta con la participación de los autores contemporáneos Walead Beshty, Jens Hoffmann, Rainer Ganhal, Adriana Lara, Tim Lee, Raimundas Malasauskas, Jonathan Monk, Roman Ondak y Jordan Wolfson, todos ellos amigos o conocidos de Torres, quien les pidió que enviaran instrucciones a sus alumnos para la creación de distintas obras de arte.
La idea surge a partir de La clase de proyectos, un método de enseñanza de arte originado a finales de la década de los sesenta, concebido por David Akevold para el Nova Scotia College Of Art and Design en Halifax, Canadá. Dicha clase consistía en involucrar a los estudiantes de arte en la ejecución de una obra, a partir de instrucciones de diferentes artistas profesionales. 
Ricardo Alzati, Dulce Chacón, Gabriel Escalante, David Hernández, Rolando López, Noé Martínez, Lizbeth Medrano, Antonio Monroy y Verónica Rojas son estudiantes de la escuela de arte contemporáneo SOMA, quienes, bajo las instrucciones que les fueron enviadas, realizaron pinturas, dibujos, instalaciones y videos.
Dichas instrucciones llegan a ser muy distintas entre sí. Algunas son muy detalladas y específicas, mientras que otras son simplemente frases. Por ello, tanto su contexto así como su situación profesional influyeron en la dinámica de la clase, en donde, a diferencia de la versión original, las instrucciones a los artistas se convirtieron en puntos de partida para la creación de obras originales. 


Abraham Huitrón
Ciencias de la comunicación














Arte “bajo instrucciones” se expone en Casa del Lago

Ciudad de México.- Nueve artistas jóvenes siguieron las instrucciones de otros nueve creadores con mayor experiencia para realizar 12 obras que conforman la exposición No hay duda, pronto nos volveremos a ver, en la Casa del Lago de la UNAM, a partir del 27 de enero y hasta el 27 de marzo.




Se trata de Ricardo Alzati, Dulce Chacón, Gabriel Escalante, David Hernández, Rolando López, Noé Martínez, Lizbeth Medrano, Antonio Monroy y Verónica Rojas, alumnos del artista conceptual Mario García Torres en la escuela SOMA, espacio para el arte contemporáneo que busca establecerse como contrapunto a la dinámica existente de escuelas, museos y galerías, donde surgió este proyecto.
La propuesta se dio a partir de que García Torres (México, 1975) le pidió a nueve amigos o conocidos —Walead Beshty, Jens Hoffmann, Rainer, Ganhal, Adriana Lara, Tim Lee, Raimundas Malasauskas, Jonathan Monk, Roman Ondak y Jordan Wolfson— que le enviaran instrucciones a sus alumnos para crear distintas obras de arte. Los creadores fueron escogidos para participar porque su trabajo lo han desarrollado en el arte conceptual.
“Las instrucciones que mandaron son muy variadas. Por ejemplo, la de Roman Ondak es: toma la instrucción y corre; hay algunas muy complicadas que te dicen específicamente cómo debes hacer las cosas; unas que generaron más de una pieza, y otras que no ayudaron a hacer nada”, dice Mario García Torres.
Con esta premisa, cuenta en entrevista el coordinador del proyecto, se dio una discusión, en donde los artistas interpretaron lo que les pedían a partir de su forma de ver las cosas y se apropiaron de las ideas, para crear su propia obra.
“Lo que se verá en la exposición es el producto de las discusiones entre los artistas con una trayectoria más amplia. La riqueza de la exposición consiste en ver cómo a partir de lo que pide alguien se pueden hacer obras totalmente diferentes, sin un guión museográfico específico”, destaca.
Lo más relevante del trabajo, puntualiza García Torres, fue que los jóvenes entendieron, por un lado, el contexto político y social de SOMA y por otra parte, supieron plasmar lo que se les solicitaba.
Entre las piezas creadas se encuentran una serie de postales que se enviaron entre los alumnos y que evocan al Arte-Correo de los años ochenta y noventa; también hay pinturas, dibujos, instalaciones y videos, indica.
—¿Qué caracteriza a estos alumnos con los que armaste No hay duda, pronto nos volveremos a ver?
—No es fácil ponerlos a todos en un mismo nombre o en una misma bolsa. Creo que todos más o menos están empezando su carrera, pero lo que más me llama la atención es su reticencia a ejecutar las obras y la forma en que realmente buscaron su posición ante ellas y se revelaron en el proceso de trabajo, para decir yo también soy artista.
—¿Cuáles son los antecedentes de este proyecto?
—En los años sesenta y setenta, el artista canadiense David Askevold encabezó un proyecto en la Nova Scotia College of Art and Design (NSCAD) de Halifax, de su país, donde se solicitaba a artistas practicantes enviar instrucciones para que los alumnos inscritos en la clase produjeran las piezas. En la versión acogida por el programa de SOMA se siguió el mismo método y se solicitó a un número de artistas contemporáneos enviar instrucciones.
México. Emiliano Balerini Casal





Alondra Flores

Periódico La Jornada
Martes 1º de febrero de 2011, p. 7
Doce instrucciones para hacer una obra de arte y un conjunto de juegos propician el contacto no convencional con el arte contemporáneo y su reinterpretación personal en la exposición colectiva No hay duda: pronto nos volveremos a ver, y la instalación Pequeños poemas sucediendo, proyectos encabezados por los artistas Mario García Torres y Gabriela Galván, respectivamente, que se pueden ver en la Casa del Lago Juan José Arreola.
Desde el exterior de la casona porfiriana ubicada en el Bosque de Chapultepec se observan los juegos de metal que remiten a algún parque de la infancia. Dentro del inmueble, en la sala, una bicicleta musical y una diana miniatura que se proyecta en una pantalla, las cartas cobran vida.
Las dos propuestas estéticas surgieron de los dos artistas nacidos a mediados de la década 1970, quienes han realizado gran parte de sus carreras en Estados Unidos.
Toma la instrucción y corre, “Haz un remake de un remake”, unas muy sencillas, otras complejas y extensas, son las indicaciones para crear una obra que una docena de artistas enviaron como parte de una clase experimental de SOMA, escuela de arte que   propone la discusión más que un esfuerzo didáctico dictatorial, explica en entrevista Mario García Torres, coordinador del trabajo que ahora presenta el resultado en No hay duda: pronto nos volveremos a ver,que se exhibe en las galerías del Bosque y Nacho López.

“La relación entre las obras y las instrucciones es bastante arbitraria –afirma García Torres–, lo que vemos en la exposición no es el producto de esas instrucciones, sino más bien obras que de alguna manera tomaron como punto de inicio la instrucción que se les había dado”.
El resultado es muy diverso: piezas en video, instalaciones grandes e intrincadas, piezas muy concretas, otras tradicionales, animación, musicales y otras documentales.
Una clase mítica de los años 70, que desarrolló David Askevold en Halifax, Canadá, con artistas que comenzaban a hacer arte conceptual y ahora son reconocidos, fue el origen de este método que se aplicó en México, pensando en un nuevo contexto.
La gran diferencia es que los colegas que participaron ahora tienen una obra más desarrollada y se dio una gran discusión en relación con la autoría, la autonomía del sistema del arte y crear un propio espacio.

Tomado de:  La Jornada


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