martes, 10 de julio de 2012

Arte: La vida como un sistema funcional /// Blanca González Rosas // Proceso 2012

Arte: La vida como un sistema funcional

De Rodríguez Bach. Foto: Especial
De Rodríguez Bach.
Foto: Especial
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Uno de los territorios más sorpresivos y frágiles del arte contemporáneo es el que vincula al arte con la ciencia y la tecnología. Oscilante entre la fascinación científica y la exploración tecnológica, la creación artística se percibe muchas veces no tanto como un ámbito autónomo, sino como un apoyo para la divulgación del conocimiento científico, o como una aplicación estética de herramientas tecnológicas. Relacionado comúnmente con las prácticas artísticas en medios electrónicos, este género creativo abarca campos cognitivos relacionados con la química molecular, la biología, la física, la robótica y las matemáticas.
En México, además de las poéticas relacionales de alto impacto mediático del internacionalmente reconocido Rafael Lozano-Hemmer, sobresalen algunas propuestas que se caracterizan por la conciencia humanista que las sustentan. Entre ellas, las obras de Ariel Guzik vinculadas con el ámbito ecológico y, en el contexto de imaginarios prehispánicos, las esculturas e instalaciones de Federico Silva Lombardo.
Apoyado financieramente por el Centro para la Evolución Química de la NASA/NSF en Estados Unidos, el artista Ignacio Rodríguez Bach (México, 1966) se suma actualmente a las estéticas científico-humanistas con un proyecto que tiene como objetivo proponer un marco conceptual que permita construir una teoría de la vida. Convencido de que lo importante no es definir el origen sino la identidad, el artista plantea que la vida es un sistema funcional de formas que se organizan y transmutan en diferentes estructuras. Para comunicarlo visualmente, el también conocido como Nacho Rodríguez presenta actualmente en el Museo de Historia Natural de la Ciudad de México una narrativa curatorial que, bajo el título de De la forma a la función, integra obras escultóricas, pictóricas y mediáticas que fusionan los tres ejes que sustentan su propuesta: naturaleza, física y cultura.
Integrada en módulos o subtemas temáticos que abordan, a partir de metáforas, la transformación, destrucción y reorganización funcional de la materia, la muestra provoca la reflexión a partir de instalaciones lumínicas y objetuales, esculturas sonoras, pinturas, dibujos y gráficas digitales.
Convencido de que la materia se compone de formas esenciales que se destruyen y reconstruyen adquiriendo distintas funciones, Nacho Rodríguez inicia la narrativa evidenciando la similitud que existe entre la estructura química de la clorofila y la hemoglobina. Diferenciadas únicamente por los arrendatarios que las ocupan –plantas, animales o seres humanos–, estas estructuras en neón inician una historia artístico-visual repleta de sugerencias: la energía del soplo de la vida evocada a través de un recipiente para gasolina, la investigación creativa materializada a partir de lámparas y libros, la transformación constante de la materia evidenciada en proyecciones semiabstractas, la constancia del caos reflejada en un dado de siete puntos y la complejidad de la vida ejemplificada en la secuencia de círculos que remiten a una flor de loto.
Espléndidamente museografiada por el artista, la muestra carece de explicaciones que permitan descifrar el significado y contenido de cada una de las piezas. Lúdica y exageradamente críptica, la exposición, más que definir lo qué es la vida, cuestiona indirectamente la posibilidad de establecer relaciones entre la creación artística y el proceso cognitivo de la ciencia.

jueves, 5 de julio de 2012

Tania Bruguera //


Tania Bruguera (La Habana, 1968); una de las artistas cubanas de mayor reconocimiento. El monográfico propone un recorrido por sus proyectos más destacados, que son matizados por las declaraciones de la propia Tania, que nos concedió una entrevista en profundidad.

Considerada una figura internacional del arte de performance, y creadora del llamado "arte de conducta"; sus trabajos, en muchos casos polémicos, nunca dejan indiferente al espectador, e invitan a una reflexión sobre el presente.

Comenzamos la emisión con el análisis que hace la artista de los peligros que el abuso del "multiculturalismo" y del "exotismo" ha traído a la creación contemporánea, impidiendo a muchos creadores latinoamericanos separar su trabajo de estereotipos, que los mostraban bajo una lectura única. Al mismo tiempo, podremos contemplar algunas de sus primeras obras como EL PESO DE LA CULPA (1997-1999) o CABEZA ABAJO (1996-97). En concreto en Cabeza abajo (1996-97), Tania caminaba por encima de los asistentes: artistas, estudiantes y críticos, mientras los ataba, y les colocaba banderas, como si fueran territorios conquistados.

Pero tal vez uno de los aspectos menos conocidos de su teorización es su absoluto rechazo a la palabra "performance", que considera un anglicismo inaceptable y reduccionista; y a cambio, su creación del término "ARTE DE CONDUCTA", para reforzar la idea de "acción inserta en el día a día". En este punto, nos adentraremos en piezas como EL CUERPO DEL SILENCIO (1997-1998), GIORDANO BRUNO SANTO (2007), o en la impactante instalación: JUSTICIA POÉTICA (2003), que pudo verse en 2003 tanto en la Bienal de Estambul, como en la Bienal de Venecia: un pasillo tapizado con bolsitas de té usadas, entre las que se adivinaban pequeños monitores con imágenes de violencia y vejación.

Formación de Tania Bruguera

Deteniéndonos en su formación, la artista nos confesará su temprano interés por la política, tratando tal vez de resolver las contradicciones ideológicas que sufría desde joven con su padre, político de profesión; y de ahí, su preferencia por determinado arte de compromiso. Al hilo de estas valoraciones, veremos obras tempranas como ESTUDIO DE TALLER (1996); y sobre todo, algunas de sus acciones más políticas: como la serie EL SUSURRO DE TATLIN, entre otras. En su versión de 2008 para la Tate Modern, El susurro de Tatlin nos muestra a dos policías uniformados y a caballo, que utilizan las técnicas de los antidisturbios para controlar a la audiencia; y en el vídeo SOLO UNA PREGUNTA (2008), entrevista a ciudadanos americanos sobre la entonces reciente proclamación presidencial de Obama, para terminar reflexionando sobre el racismo en EE.UU.

Poco a poco, iremos comprendiendo su sutil forma de trabajar que entreteje lo personal con lo político. Y un magnífico ejemplo de esta estrategia es su conocido HOMENAJE A ANA MENDIETA (1988-1997).

Otro asunto que examinaremos con la autora es la importancia que en su obra adquieren los materiales como potentes proyectores de emociones. Baste recordar la carga emotiva del orgánico traje que viste en DESTIERRO (1998-1999); o esa enorme bandera tejida de cabello humano en la versión de la Habana Vieja de EL PESO DE LA CULPA (1997) en la que además, cuelga de su cuerpo un carnero degollado, mientras come tierra amasada con agua, emulando el ritual de suicidio de los indígenas frente a la invasión española.

Otro momento decisivo en su trayectoria es su traslado a EE.UU y el modo en que afronta trabajar paralelamente en dos sociedades tan opuestas como la estadounidense y la cubana. Tania nos comentará la esquizofrenia creativa que supone esta dicotomía, y analizará algunos proyectos realizados en EE.UU como EL ACUERDO DE MARSELLA (2006), concebido en colaboración con el artista J.Castro: un contrato legal, según el cual, el primero que muera cederá el cuerpo al otro para uso artístico.

Y paulatinamente, nos iremos adentrando en trabajos cada vez más comprometidos con la realidad social y política de los lugares donde se realizan. En la pieza titulada: 1968-1989 (2008) realizada en Polonia, sitúa a invidentes en uniforme militar, en espacios públicos ligados a acontecimientos de 1968 (ciudades capitalistas) o al socialismo (países ex-socialistas). En TALLER DE CONFIANZA (2007) para la Bienal de Moscú, invitó a los ciudadanos rusos a compartir su recelo hacia el funcionariado con un peculiar coordinador de taller: un ex agente de la KGB: buscando sanar las brechas generacionales; y en la reciente instalación HUELGA GENERAL (2010) para la exposición Dominó Caníbal de Murcia, propuso al visitante intervenir en los murales de la Iglesia donde se realiza el proyecto, con imágenes de propaganda política, reflexionando sobre la última huelga general en España.

Aunque la artista se defiende de los que la acusan de buscar la polémica en sus intervenciones, no hay duda de que algunas de sus acciones han sido muy discutidas. Podremos ver un fragmento de la comentada versión de EL SUSURRO DE TATLIN (2009) en La Habana, en la que situó un pódium con micrófono a disposición de los cubanos para que expresaran sus opiniones más allá de la censura; e imágenes de SIN TÍTULO (2009) en Bogotá, proyecto en el que tras concebir una mesa de debate sobre "los actores del conflicto colombiano" circuló cocaína entre los asistentes.

Pero tal vez su pieza más comentada de los últimos años sea AUTO-SABOTAJE(2009) que pudo verse en la Bienal de Venecia de 2009; en la que mientras Bruguera leía un manifiesto sobre su forma de entender el arte político, disparaba en su propia sien con una pistola real y cargada, siguiendo el juego de la ruleta rusa.

Los que crean que su obra ha llegado ya a un límite...difícil de continuar... no deben perderse las últimas declaraciones de la artista en las que nos confiesa que tras ser durante años la abanderada del arte político, siente que le ha llegado el momento de apartarse por un tiempo del arte, y pasar a la política activa.